Su historia, no obstante, empezó en las montañas. Concretamente en la Cerdaña, durante una Nochevieja. Hacía cuatro días que Sofía había vuelto a España, tras once años fuera. Y su primo la invitó a cenar a su casa junto a unos amigos. Entre ellos, estaba Javier. El día de Año Nuevo decidió que también cenaban juntos. Y la noche siguiente. Y la siguiente…Fuera donde fuera, tenían claro que debían estar juntos, para siempre. Románticos es la palabra que les define.
Y romanticismo fue el concepto que quisieron plasmar en todos los detalles de su gran día. El lugar, las flores en rosas y pastel, la delicadeza de los elementos de las mesas, ¡las miradas que captamos entre ambos! El enlace fue en Cugó Gran, un club exclusivo de Menorca que le dio al evento ese toque clásico que quisieron desde el principio.